Una charla con Guillermo López
Debutó con los pumas de la Unam el quince de agosto de 1992 contra el Toluca. Su primer gol lo realizó el 20 de septiembre de ese mismo año contra el Morelia, en la goleada de los universitarios por cinco a dos. En esa campaña 92-93 consiguió cuatro goles, una cantidad nada despreciable para un novato.
Porteriomente estuvo en el Pachuca, donde logró el ascenso a primera división en la campaña 95-96.
Guillermo López define como un logro el haber jugado profesionalmente, “porque desde los quince me había marcado una meta de ser futbolista profesional. Siempre tuve el apoyo y respaldo de mi madre. Así que en cuanto salió la convocatoria me fui a probar con los pumas, porque sabía que era una institución que le apostaba a los jóvenes. Eran fácil quinientos chavos que también querían ocupar un lugar”.
Al final de las pruebas, señala “me escogieron para ser parte de las fuerzas básicas a mis dieciséis años”. Un entrenador que me marcó positivamente y siempre lo recordaré con afecto, es Héctor Sanabria. Estuvo apoyándome mucho, no sólo en el tema deportivo. Fue un gran apoyo para mí, porque en esta época mis padres se estaban separando y con sus consejos y respaldo pude salir adelante. También a Don Guillermo Aguilar Álvarez, uno de los más grandes directivos no sólo de los pumas si no del futbol mexicano.
Y continúa, “es un gran esfuerzo para poder llegar a jugar profesionalmente, son muchos sacrificios, pero a su vez una enorme satisfacción y orgullo. Una institución como los pumas, te va formando como ser humano y te va dando herramientas para tu vida diaria”.
Cuando se le pregunta sobre los futbolistas que estaban al momento de su debut, notoriamente emocionado expresa “me tocó vivir un momento maravilloso, porque pude jugar con grandes futbolistas e iconos de los pumas como Jorge Campos, Luis García, Ramírez Perales, Jesús Olalde, Miguel España y Juan Carlos Vera entre otros. Les aprendí mucho tanto en la cancha como fuera de ella”.
Señala que un ejemplo de profesionalismo y humildad es Jorge Campos, al que considera un buen ejemplo. “Porque siempre mostró tenacidad y nunca perdió el piso”.
Guillermo, es licenciado en educación física y además licenciado en administración de empresas con maestría de negocios. Actualmente es director de una universidad en Cuernavaca, Morelos y en sus ratos libres, se dedica a impartir las leyes en los campos de fútbol como árbitro.
Finalmente, manda un saludo muy grande para todos los aficionados pumas y nuestros lectores, así mismo agradece enormemente lo recuerden, aunque fue corta su etapa con el equipo, será parte de su vida y su formación como ser humano.